4- oct 5p.m.
El Técnico William Bustos Burbano (W.B), ex jugador del América de Cali y actual entrenador del equipo Estrellas del Futuro, continúa su labor de formar deportistas y personas en la ciudad de Villavicencio.
Nacido en Villavicencio, Meta, hijo de padres Vallecaucanos y con ocho hermanos. Desde sus 5 años de edad práctica, adora y le apasiona el fútbol, en sus tiempos libres solo escuchaba salsa y estudiaba, porque se preocupaba mucho por terminar el bachillerato, a pesar de que tuvo que abandonarlo rápido, logró cumplir su sueño de la infancia, ser futbolista del América de Cali; a sus 52 años ya tiene dos sedes una en Argentina y otra en Colombia. Tuvo una etapa de crecimiento como deportista, estuvo en la selección Meta, también tuvo la oportunidad de ir al América de Cali, volvió a Villavicencio y terminó en Alianza Llanos.
G.B: ¿Usted de chico se vio de otra manera?
W.B: No, porque siempre estuvimos con la familia, el deporte estuvo de la mano por mi papá, pues siempre lo vimos jugando en inter barrios e inter bases, lo cual me motivó para que siguiera con esta carrera.
G.B: ¿Quién descubrió su talento?
W.B: Mi gran amigo Omar Walteros.
G.B: ¿Qué edad tenía cuando comenzó con el fútbol?
W.B: De lleno con el fútbol comencé, como a los siete u ocho años.
G.B: ¿Cuánta experiencia tiene?
W.B: Pues toda la vida; yo fuí selección Meta a los doce años, también jugué con los equipos Pirata y el América de Cali, culmine mi carrera como jugador en Alianza Llanos, cuando ya decidí retirarme del fútbol , era un joven de 26 años; además, tuve la oportunidad de dirigir al equipo de la selección Meta.
G.B: ¿Por qué no continúo en el América de Cali?
W.B: Fue una etapa muy corta como futbolista, tenía la meta de continuar estudiando, y el fútbol lo dejé a muy temprana edad.
G.B: ¿Fue duro su comienzo como técnico?
W.B: Sí, porque crear una escuela no es fácil, más cuando no se tienen los recursos económicos. El montar una escuela de fútbol en Colombia es difícil, aquí se hacen con esfuerzo y con las uñas.
G.B: ¿Cuántos ex jugadores de fútbol conoce que son certificados como técnicos?
W.B : Realmente conozco pocos, Omar Coy es uno de ellos, ahora él trabaja para el IMDER, como técnico de una escuela de fútbol en Villavicencio, el otro es Ricardo Gareca, el cual conocí en el año 1985, cuando llegó a formar parte del América de Cali, hoy en día es técnico profesional de la selección de Perú.
G.B: ¿Con ayuda de quién fundó su escuela de fútbol?
W.B: Esta se inició con la ayuda de mi señora Olga Jiménez, ella tuvo la oportunidad de estudiar Educación física unos semestres y arrancamos con chicos de cuatro años; luego fuimos avanzando con otras categorías más grandes.
G.B: ¿En qué año empezó a formar su escuela de fútbol?
W.B: La escuela de fútbol la creamos con mi esposa en el año 2001.
G.B:¿Con cuántos alumnos empezó?
W.B: Nosotros comenzamos con treinta y cuatro alumnos el día de la inscripción.
G.B: ¿Cuántas sedes tiene actualmente?
W.B: Nosotros llegamos a tener tres sedes aquí en Villavicencio, pero se me presentó la oportunidad de ir a estudiar a Argentina, así que, aproveche a proyectar la escuela allí.
G.B: ¿Cuáles son los logros más destacados de su escuela?
W.B: Cuando participamos en campeonatos de la liga del Meta; además, tuvimos la oportunidad de ir a unos cuadrangulares, fuimos invitados a varias ciudades entre esas Medellín, Bogotá, Sopó Cundinamarca e Ibagué, entre otras.
G.B:¿Qué lo continúa impulsando para seguir con esta escuela?
W.B: Me sigue impulsando ese sueño que tuve de niño de ser futbolista; la escuela de fútbol está viva; lastimosamente me fui a estudiar a Argentina, y las sedes de Villavicencio hubo que cerrarlas, pero igualmente sigue vigente, dado que, yo trato de venir periódicamente, si hay algún chico bueno se le da la oportunidad, para que vaya a Argentina.
Sin duda, este técnico y exjugador de fútbol, desde joven es ejemplo de la fuerza, valentía y voluntad con la que deben realizar cada meta o sueño que tengan; de manera que, los objetivos cumplidos dentro de su trayectoria con la comunidad juvenil, se han cumplido gracias al valor, humildad y dedicación con la que educa a cada alumno de su escuela de formación. Al mismo tiempo, crea una semilla de transformación social, cultural e ideológica en otros niños, jóvenes y padres que pertenecen a la ciudad que lo vio crecer.
Por: Geraldine Lizeth Bustos Jara
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